Movilidad Antonio y Yago – Irlanda Febrero 2024- KA121-SCH15

Movilidad Antonio y Yago – Irlanda Febrero 2024- KA121-SCH15

A continuación podréis ver una compilación de nuestras vivencias más personales, en la que os contamos nuestra estupenda experiencia en Wexford (Irlanda) durante la pasada semana blanca.

El sábado 24 de febrero nos subimos al avión los alumnos Paloma, Irene y Gael, y como no podían ir solos por aquello de ser menores y llegar a un país nuevo, les acompañamos los profes Yago y Antonio. La verdad es que se nos notaba de lejos que íbamos con las maletas cargadas de ropa, pero también de mucha ilusión por aprender, de ganas de conocer a gente genial… y experimentar una semana maravillosa. (Spoiler alert!) TODO salió bien y superó con creces todas nuestras expectativas. Contábamos con el aliciente especial de que Antonio volvería a Dublín, tras casi 20 años, época en la que vivió y trabajó allí. Todos esos recuerdos se agolpaban no sólo en su cabeza sino, como suele ser habitual, en su boca, atropellándose por salir todos y compartirlos con nosotros, lo que no hacía sino aumentar nuestra emoción… y nuestra impaciencia, pues el vuelo llevaba una hora de retraso. ¡Pobre Pilar! Esa chica a la que apenas conocíamos de dos conversaciones por Whatsapp que vendría a recogernos en coche a Dublin para luego hacer 2 horas de carretera hasta Wexford… y llegábamos una hora tarde.

A pesar de llegar a la 1 de la mañana de Irlanda (una hora menos que en España) allí estaba Pilar, con una sonrisa en la cara y buenos consejos para guiris: «Os voy a dar dos besos para saludaros y serán los últimos que os darán aquí». Y con esa buena actitud nos conquistó y se acabó convirtiendo en persona clave en toda esta aventura. Con todo este trajín llegamos a los apartamentos de madrugada. En la calle no había ni un alma… bueno, sí, un señor en camiseta y pantalón corto que llegaba a nuestro mismo hotel… a 3ºC. Importante remarcar que los apartamentos donde nos alojamos estaban muy bien situados y que tenían todas las comodidades posibles, por un precio muy razonable… para plantearnos volver con la familia algún día.

El día siguiente amaneció lluvioso. Pero no era una lluvia cualquiera, sino que era la típica lluvia irlandesa, tal y cómo recordaba Antonio, que solo reconoces si la has experimentado. Afortunadamente algunos íbamos preparados para este imprevisto… mientras que otros decidieron ponerse una bolsa azul gigante encima y disfrutar con una sonrisa (para desgracia de alguna de las oriundas).

Además, tuvimos mucha suerte porque era domingo de partido grande de hurling en Wexford. Jugaba el equipo local contra el equipo del condado de Clare. Habíamos oído hablar de este deporte, tanto por parte de los alumnos que vinieron el año pasado como Antonio, que mientras vivía aquí había escuchado mucho sobre él, pero no había podido asistir nunca a un partido aunque a veces veía en la televisión irlandesa, pero nunca pudo ir a ver un partido en directo.

Fuimos toda la expedición española con todas las familias que acogerían a nuestros alumnos. Aprovechamos para preguntar todo lo que pudimos sobre el hurling a nuestros amigos irlandeses por dos principales razones. Una, que realmente queríamos entender de donde provenía  la pasión y el orgullo que los irlandeses sienten y muestran por este deporte, y dos, ir calentando nuestro inglés… y hay que decir que nos vimos muy, muy fluidos.

Lo principal que os podemos contar del hurling, tras nuestro profundo trabajo de investigación, es que es un deporte que supone mucho más que un simple entretenimiento. Es una representación cultural y familiar en su máxima potencia. Está presente en la vida de los irlandeses, en los colegios, en los pubs, en el día a día, publicidad, televisión etc. Es un deporte exclusivamente suyo, y están extraordinariamente orgullosos por ello. Los jugadores son ídolos, pero no juegan por dinero, sino por el honor de defender a su condado. Además, no pueden ni quieren cambiar de equipo, con lo que la identificación del público con los jugadores es total. La marca de ropa deportiva de todas las equipaciones es O´neills, que lógicamente es una marca cien por cien irlandesa y que viste a todos los jugadores y equipo arbitral desde hace más de 100 años. Cuando te cuentan detalles de este deporte sientes que lo están haciendo de corazón, y lo mínimo que podíamos hacer es mostrar un mínimo de interés y respeto por lo que nos estaban contando.

El ambiente del partido fue increíble. Se veían familias enteras y gente de todas las edades. Los hinchas estaban mezclados por todas las partes del campo y se aplaudían todas las jugadas del partido con un ambiente de camaradería impresionante. Muchos niños iban con su hurley en mano y en el descanso saltaron al césped donde se jugaba el partido. Incluso nuestros chicos malagueños estuvieron literalmente en el terreno de juego. Y al final del partido nuevamente hubo invasión de campo, pero esta vez con los jugadores que no pararon de hacerse fotos con el público, e incluso firmaron muchos hurleys del público joven.

Los niños disfrutaron de la experiencia del partido… y de los donuts… y de bajar al campo… y mojarse…

Hilando con el tema Hurling, al día siguiente la familia que acogió a Gael, nos llevó a la fábrica del artesano de hurleys más famoso de Irlanda. Es toda una celebridad y en su propia fábrica nos mostró con todo el entusiasmo del mundo el proceso de cómo lleva toda la vida ganándose la vida construyéndolos, al igual que en su día hizo su padre, y anteriormente su abuelo. Nos contaron también que había una crisis importante en la isla porque los árboles de los que sacaban la madera para los hurls (los palos con los que se juega al hurling) tenían una plaga, lo que, teniendo en cuenta lo intrincada que está la cultura y la economía con este deporte, era una preocupación importante para los habitantes de la isla. En definitiva, hemos sentido que los irlandeses con los que hemos tratado han conseguido contagiarnos de su pasión y admiración por su deporte. Más adelante os contaré cómo consiguieron hacernos hinchas del Wexford para los restos.

Tras el desembarco en el hotel la madrugada del sábado al domingo, y una vuelta de reconocimiento por la ciudad el domingo tras el partido, por fin empezó nuestra experiencia en el colegio St. Patrick ‘s N.S. (Crossabeg National School).

La escuela que nos abrió sus puertas con una sonrisa.

Sin embargo, hay que comentar un detalle que por cotidiano, no deja de tener su chascarrillo, ya que para trasladarnos del apartahotel al colegio, y vuelta, tuvimos que alquilar un coche. Conducir por la izquierda es otro de los asuntos que nos tenía preocupados. Se encargó de hacer de choffer Antonio, que por su experiencia como taxista nos pareció la opción más acertada. A pesar de sus reticencias iniciales, es justo decir que nos fue genial con el coche e incluso se dio la circunstancia de que el único profe varón del cole, Darrel, se subió con nosotros uno de los días y dijo textualmente sobre el nivel de conducción de Antonio: «You are smashing it» lo cual nos dio para unas risitas por un tiempo… todo el viaje prácticamente.

Nuestro coche por dentro…
… y por fuera

No exageramos si decimos que en el colegio nos estaban esperando con los brazos abiertos. Todo el personal y alumnado nos recibieron de forma inmejorable, tanto a los profes como a nuestros niños. La directora nos tenía un horario preparado según el cual nos distribuiríamos por todas las clases del colegio. En las clases estuvimos dando de leer a los niños, haciendo juegos o respondiendo preguntas relacionadas con España, o con nuestra vida personal. Y es que hay que decir que a raíz de nuestra llegada, habían programado toda la semana con temáticas referentes a Europa, y nosotros nos encargamos de hablar de España… quien nos iba a decir que a estas alturas haríamos de embajadores. Además, nos dieron espacio en la sala de profesores y absolutamente todas las seños (sólo había un profe) se acercaron amablemente en algún momento durante la semana, a comentar con nosotros, a interesarse de qué parte de España éramos, o, mucho más importante, a decirnos dónde podíamos comer en Wexford… De hecho una de ellas nos hizo una lista con indicaciones de tipo de comida, calidad y precio… empezamos a llamarla Miss Google. En definitiva: al poco de llegar nos ceñimos al horario y nos distribuimos por las clases asignadas como unos más del centro.

Lo más llamativo que vimos en el curso de los mayores fue cómo realizan unos proyectos llamados JEP Junior Entrepreneur Programme. Programa juvenil de emprendedores. Consiste en que se forman varios equipos en clase que tienen que realizar un proyecto común. Cada integrante del equipo tiene una función acorde con sus fortalezas. Éstas pueden ser producción, decoración, publicidad, finanzas, etc. Promueven el trabajo en equipo, el compromiso, el superar las adversidades que puedan surgir, etc. El año pasado hubo un equipo que realizó un mercadillo navideño en el centro de Wexford. Hicieron publicidad, tenían estrategia financiera, etc. Unos hicieron manualidades, otros consiguieron libros para vender, otros hicieron tartas y chocolate caliente. Involucraron a toda la comunidad educativa y están orgullosos de decir que fue un éxito total. 

Hemos tenido la oportunidad de conocer con cierta profundidad cómo funciona la educación en Irlanda. Aquí tenemos unos datos relevantes:

  • Una cosa que hemos aprendido de primera mano es que previamente a nuestra visita, tuvimos que solicitar desde España lo que se conoce como el Garda Vetting, que es el proceso de investigación que lleva a cabo la policía irlandesa para certificar la ausencia de antecedentes penales de una persona, equivalente al certificado de antecedentes penales en España. Lo relevante es que sin este certificado no puedes poner un pie en una guardería, colegio, hospital o centro deportivo. De primeras puede parecer algo un pelín exagerado, pero tras una reflexión al respecto, nos parece una buena medida para controlar quien se puede acercar a un menor.
  • El 90% de los colegios de Irlanda están vinculados a la iglesia y dependen de ella. De hecho, están en terrenos colindantes a iglesias y cementerios. El miércoles apareció un sacerdote por la sala de profesores que se movía por el colegio como pez en el agua. Se le veía bastante amable, así que, mientras Yago se quedaba a distancia por no meter mucho la pata con su ateísmo galopante, Antonio no dudó en acercarse a él, presentarse y usar su frase recurrente para iniciar una conversación con cualquier irlandés: “Have you ever been to Spain?” Por dar una cifra diría que en torno al 70% de profesorado y alumnado del colegio nos dijeron una respuesta afirmativa. Tras este inciso, volvemos al tema del cura. Resulta que ese día había misa, por lo que tuvimos ocasión de asistir a una ceremonia cristiana junto al resto de alumnado y profesorado en inglés. Lo llamativo es que además de todo el alumnado y profesorado del colegio, también había un grupito de personas mayores vecinos de la zona asistiendo a la misa. Hay que decir que la iglesia no era muy grande, pero sí muy acogedora, y el cementerio colindante era también pequeño, y en un paseíto que nos dimos, tuvimos ocasión de ver algunas tumbas que eran verdaderas obras de arte.
  • En infantil y primaria los colegios son mixtos, pero a partir de educación secundaria la educación es diferenciada. La gran mayoría del personal docente son mujeres.
  • Para ser profe o seño en Irlanda debes pasar un examen de mínimos conocimientos de gaélico. No quieren que se pierda, y tienen unas horas lectivas obligatorias a la semana, pero lamentablemente para ellos, es una lengua casi totalmente en desuso en la isla, y es rechazada por la gente joven.
  • Los alumnos y profes cuentan con calefacción y servicios en todas las aulas. Tienen un gimnasio enorme, cimentado en las condiciones meteorológicas que padecen durante todo el año. Además de para la enseñanza de la educación física, usan el gimnasio para hacer asambleas generales una vez a la semana. En ellas los diferentes cursos exponen proyectos ante el resto del alumnado del colegio, dan información relevante o exhiben algún talento ante sus compañeros.
  • Están muy concienciado sobre el alumnado con necesidades tanto de pensamiento, como de acción. Tanto en la teoría como en la práctica. Disponen de aulas sensoriales, aulas de relajación, puertas con doble seguridad con código en las aulas donde trabajan con los niños de necesidades educativas. Aulas que estaban debidamente equipadas con todo tipo de complementos para favorecer la atención individualizada. Contaban con camas elásticas, y una especie de rodillo para ejercer presión en todo el cuerpo que tenía una función muy interesante. Nos comentó la seño que usaban ese rodillo cuando los alumnos necesitaban contacto. Antiguamente se permitían dar abrazos a los niños, pero ahora usan esa herramienta. Tenían una especie de biombos dentro de las clases para diferenciar el espacio de cada uno de los seis alumnos por clase que tienen estas aulas. Había una profesora principal y una profesora asistente el cien por cien del tiempo para estos seis alumnos. Algunos de estos alumnos pasan todo el tiempo en las aulas NEAE y otros la alternan con el aula ordinaria. Además, también existía la figura de una seño sombra que estaba dedicada cien por cien a un alumno con síndrome de Down. Este alumno estaba en aula ordinaria. Nos comentaron que todos estos servicios materiales y personales provenían de la administración pública.
  • Respecto a los sueldos de los profes, nos comentó Darrel, el profe que vino con nosotros en coche, que dependía directa y proporcionalmente al tiempo de servicio. En concreto él estaba inmerso en su sexto año de docencia, por lo que recibe 2.800 euros netos al mes. Esta cantidad va aumentando hasta llegar a un tope situado en los 25 años de docencia. Al llegar a este tiempo de servicio el salario mensual corresponde a 5.500 euros al mes.

Una cosa que nos llamó bastante la atención es que un día apareció por la puerta del colegio un camión enorme lleno de libros. Era una biblioteca móvil. Vinieron a intercambiar varios lotes de libros con el colegio, para llevarlos a otros colegios. 

el troock

Durante nuestra estancia en el colegio hicieron coincidir una excursión por el centro de la ciudad, viendo los lugares más representativos con un guía, para que nosotros pudiéramos aprovecharla. Aquí fue cuando vino con nosotros Darrel en nuestro coche, y pudimos intimar un poco más con él. 

El trato recibido por parte de todo el colegio fue espectacular. Prueba de ello fue que cuando nos despedimos el último día, la directora nos regaló a los cinco una camiseta de hurling original del equipo de Wexford. Como ya hemos comentado antes, el simbolismo que tiene ese regalo por lo que representa, nos hizo emocionarnos muchísimo… Yago soltó alguna lagrimita. Sin duda seré hincha del equipo de Wexford para siempre. 

Aquí con nuestras camisetas nuevas y alguno con su lagrimita en la cara.

Por las tardes hicimos planes con nuestros alumnos. Un día fuimos a una playa espectacular, donde se rodó “Salvar al soldado Ryan”. Otra tarde fuimos a pescar cangrejos, otra fuimos a una bolera y a un parque para niños enorme y espectacular. La última tarde la dedicamos a realizar algunas compras por el centro. Después de las compras tuvimos ocasión de ir al gimnasio del hotel, en el que no estuvimos mucho tiempo. Pero sí el tiempo suficiente para impregnarnos del ambiente de un gym irlandés. 

El Irish Gym

Por las noches no hicimos gran cosa, salvo ir a cenar a restaurantes del centro y entrar en dos pubs típicos. En uno de ellos tuvimos ocasión de poder ver una actuación de un cantante más típico irlandés imposible. La verdad es que estuvo interesante. Bueno, otra parte importante de la experiencia Erasmus para nosotros fue compartir nuestras vivencias por videollamanda con nuestras compañeras Teresa y Luisa que estaban simultáneamente en Bolonia. La verdad es que fue MUY divertido.

Y así llegamos al último día en el que pudimos cuadrar el pasar unas horas en Dublín antes de coger el avión. Fue emocionante volver a ver las calles del centro 20 años después, en las que apenas pude apreciar algún cambio. También fuimos al parque St Stephen Green y al Trinity College. Todo esto en medio de una tremenda nevada que hizo aún más especial esta visita exprés. 

Para terminar no queremos olvidarnos de agradecer a todas las personas que han hecho posible que podamos vivir esta increíble experiencia que me encantaría repetir en un futuro no muy lejano. Han sido una vivencias entre nosotros, y los alumnos Paloma, Irene y Gael inmejorables. Nos han permitido crecer como profes, pero, sobre todo, conocer a muchísima gente que se quedará para siempre en nuestros corazones.

¡Muchas gracias!

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