Job Shadowing. Proyecto K121. Bologna. Febrero 2023. Infantil

Job Shadowing. Proyecto K121. Bologna. Febrero 2023. Infantil

Día de llegada : El sábado 25 de febrero comenzamos nuestra  experiencia Erasmus+, salimos del aeropuerto de Málaga hacia Barcelona, dónde cogeríamos el avión destino Bologna, el grupo lo formábamos María José, Nati, Gonzalo,Inés y yo.

La llegada la hicimos en torno a las 8 de la tarde, en el aeropuerto nos esperaba Elena Pezzi junto con las familias que recogían a Gonzalo e Inés para pasar con ellos sus semanas de intercambio. Allí nos despedimos con la ilusión de disfrutar nuestros días en Italia.

A continuación Elena nos acompañó a la que sería nuestra casa durante esta semana, un precioso apartamento situado en el centro de la ciudad. 

Dejamos las maletas y salimos a buscar un lugar dónde tomar algo para cenar, por las fechas de nuestra visita, el tiempo nos pilló lluvioso, pero aún así fue imposible no maravillarse con las calles de este lugar. Cabe destacar que Bologna, situada en el norte de Italia es una de las ciudades mejor conservadas y tiene el segundo casco antiguo medieval más grande de Europa.

Dimos un par de vueltas por la Piazza Maggiore y finalmente conseguimos una mesita en la Piccola Trattoria, dónde disfrutamos de una pasta buenísima, he de reconocer que la pizza también estaba deliciosa, pero sin duda alguna durante este viaje he podido comprobar que al menos en Bologna destaca la pasta fresca y curiosamente en los restaurantes no suelen tener pizza, estas cositas también resultan un aprendizaje de la experiencia Erasmus.

Día 1: Domingo 26, aprovechamos para visitar la Basílica de San Luca y aunque llovía, la subida hasta este santuario la realizamos cómodamente, ya que todo el recorrido se hace bajo sus 666 pórticos, y el paseo merece la pena ya que las vistas desde allí son impresionantes.

Toda la ciudad se puede recorrer bajo pórticos, son los más largos del mundo, y una parte de ellos están considerados  patrimonio de la humanidad por la Unesco desde 2021.

Cuando bajamos paramos a comer en una Osteria, y descubrimos uno de los platos típicos de la zona, los tortellini en sopa. Este fue uno de los lugares que más nos gustó para comer, con raciones y tapitas para compartir.

Por la tarde, después de tomarnos un café con los dulces típicos; por favor tenéis que probar el cannolo de crema de pistacho. Buscamos la parada de autobús que al día siguiente nos llevaría a la Scuola dell´infanzia  “Coop Azzurra” que pertenece al Istituto Comprensivo n.3 de Bologna. Una vez localizada la parada del bus número 30, y confirmar los horarios para el día siguiente, nos fuimos a cenar al restaurante Da Cesari, un lugar muy recomendado para probar la comida Bolognese. De allí nos fuimos a descansar con muchas ganas de conocer al día siguiente los coles que íbamos a visitar.

Días 3, 4, 5, 6 y 7. Durante estos días os voy a contar lo que hemos podido observar y aprender de la visita a la escuela infantil, los unifico todos porque en la etapa de infantil, el día se establece por rutinas que se repite prácticamente igual a diario, cambiando tan sólo la actividad principal.

El lunes a las 8:30 nos recibió Lucia, que nos acompaño a Nati y a mí hasta la escuela infantil y la de primaria.

Una vez en la Scuola Coop Azzurra conocimos a Manuela, maestra de tres años que ha sido quién nos ha enseñado y mostrado como funciona todo.

El día comienza a las 8:00 de la mañana, el alumnado tiene una entrada flexible hasta las 9:30, antes de entrar al aula dejan su mochila en unas bolsas que tienen en sus percheros en las que meten su abrigo y su mochila quedando todo bien recogido y ordenado. Mientras van llegando todos , pueden hacer diferentes actividades que se encuentran distribuidas por las mesas del aula, eligen libremente que hacer, pueden pintar, hacer construcciones, jugar con plastilina o coger un cuento, y si lo desean, se cambian de actividad dejando todo bien organizado para que otro compañero pueda realizar la actividad.

Mientras todos llegan observamos el aula, que es espaciosa, distribuida en equipos de 4-5 niños, una zona de asamblea que está compuesta por unos bancos colocados en forma de «L» y con un cajón para cada uno debajo, dónde guardan unos baberos plásticos que usan para pintar. En la asamblea tienen carteles para la rutina de asistencia, el tiempo , los días de la semana, y unos pictogramas en los que van señalando que actividad toca en cada momento. Todo esto me recuerda mucho a nuestra forma de iniciar el día, aunque la suya mucho más sistemática.

Todas las aulas dan al patio que es un parque con césped y árboles, y cada aula tiene un espacio con unos bancos y unas mesas de madrea que usan para trabajar al aire libre- También usan este espacio para cambiarse los zapatos por las botas de agua y así no mancharse de barro, pudimos ver cómo lo hacían, ya que el tiempo ha estado lluvioso y el día que pudimos salir al patio cada uno se quitó sus zapatos y con autonomía se colocaron sus botas, y la Seño también se los cambia con ellos. En este sentido puedo contaros que nosotras al no tener botas de cambio cuando quisimos darnos cuenta teníamos los zapatos llenitos de barro y al volver al aula tuvimos que hacerlo descalzas para no ensuciar los espacios interiores. También fue muy bonito que todos los niños y niñas se acercaron a darnos flores, gesto con el que nos mostraron su afecto.

Continuando con la distribución del tiempo, una vez que ha llegado todo el alumnado, realizan los buenos días, y hacen un ratito de asamblea, después todos juntos van al baño. Allí conocimos a Luisa, que es una auxiliar que está todo el día en el centro y se encarga de ayudar a los peques en el aseo, de limpiar las aulas después del desayuno y la comida, además de encargarse de cambiar y atender a los niños que lo necesitan en caso de que se caigan, se manchen la ropa o tengan que avisar a las familias, la verdad es que este apoyo hacia que Manuela pudiera continuar de forma relajada con las actividades aunque hubiera algún incidente.

Después del aseo, en torno a las 9:45 se toman el desayuno, que es común para todos, el centro, que pertenece a la red de centros públicos de la ciudad, les dan leche y las familias aportan las galletas, según nos dice Manuela cada semana las lleva una familia, y también tiene en cuenta a los niños que presentan intolrencias y alergias.

A continuación pasan a la actividad central del día que es de 10 a 11, y en la que cada día centran la atención en un área diferente, los lunes tienen religión, que la imparte una especialista que se queda con el alumnado en clase, y la tutora, en este caso Manuela realiza atención educativa con la parte del grupo que no es de religión católica, en ese tiempo aprovecha para trabajar valores y reforzar a aquellos niños que lo necesitan. En este sentido, y debido a la localización de la escuela, que está en un barrio de las afueras de Bologna,tienen mucho alumnado inmigrante y se encuentran sobre todo con problemas de comunicación debido al idioma.

Los martes tienen psicomotricidad, que la realizan en un espacio común en el que disponen de material para las diferentes sesiones, pudimos ver cómo realizaban expresión corporal, en la que trabajaron con diferentes estilos de música, moviéndose de forma lenta, rápida, haciendo ejercicios de respiración (pañuelos), haciendo dinámicas para trabajar las emociones, relajación, y nos sorprendieron realizando un baile con una canción en español, estaban emocionados y pasamos un ratito muy divertido.

Durante la sesión hubo un pequeño incidente, un peque tropezó y cayo al suelo haciéndose un chichón enorme, en ese momento Manuela, avisó a Luisa la auxiliar, que llegó enseguida y se hizo cargo de este alumno, de forma que la seño pudo continuar la actividad con normalidad y además dar apoyo al compañero que de forma accidental había provocado la caída y que se sentía muy mal. La verdad, es que eso nos pareció maravilloso, esa ayuda facilita mucho la gestión del día a día cuando hablamos de trabajar con el alumnado de infantil.

Continuando con la actividad central que desarrollan al día, los miércoles y jueves las dedican a trabajar los prerrequisitos de la escritura y la lectura, pero lo hacen de forma libre, no usan libros y van realizando las actividades a través del trabajo de las emociones, estaciones y las festividades que se van desarrollando a lo largo del curso, y los trabajitos que van realizando los archivan colgados en una pinza en la pared; la verdad es que esto sorprendió mucho ya que el número de trabajos reflejados sobre papel era muy poquito. En ese momento aprovechamos para preguntar sobre la metodología que usan y si inician al alumnado en la escritura y lectura, nos dicen que en la escuela infantil sólo trabajan prerrequisitos, que los maestros de la primaria les piden que no enseñen a leer, ya que en el curso de primero es dónde lo harán ellos. En este sentido, explican que esto les permite trabajar sobre todo el aprendizaje básico de normas, socialización y descubrimiento del entorno, se preocupan mucho de la forma en la que se relacionan e integran en el grupo, también del cuidado y el orden de los materiales, y fomentan la autonomía. La verdad, es que se percibe un ambiento relajado, para nosotras en determinados momentos incluso demasiado . Aunque he de reconocer que tanto a mi cómo a Nati, nos llamó la atención cómo ante los enfados de los niños, la tendencia general era avisar a la Seño de forma más tranquila y sin tanta urgencia, y sobre todo con menos queja, teniendo los mismos problemas que vivimos a diario los que trabajamos con alumnado de estas edades.

Los viernes la actividad central es en relación al proyecto que les toque, en ese momento trabajaban en torno al cuidado del medio ambiente, y lo estaban llevando a cabo con un programa municipal que les proporciona material audiovisuales, cuentos, actividades dirigidas y en las que les preparan la visita de los personajes que cuidan del medio ambiente. Es cómo si aquí ecoembes nos proporcionara material para trabajar un proyecto sobre el cuidado del medio ambiente.

A continuación, preguntamos sobre cómo evalúan y qué información dan a las familias. Manuela nos cuenta que en los dos primeros años, es decir en 1º y 2º de infantil se tiene continua comunicación con las familias, pero que no se les entrega ningún boletín ni informe sobre el proceso de enseñanza aprendizaje del alumnado. Nos cuenta que sólo se entrega una evaluación al finalizar el último curso, es decir 3º de infantil, y consiste en un informe sobre los niños que consta de tres partes, uno que realiza la familia, otro el centro y otro el propio alumnado, y este informe se pasa a la escuela de primaria para que tengan una referencia de cómo va el alumnado.

La verdad, es que cuando vimos su evaluación nos quedamos de piedra y más teniendo en cuenta, que nosotras nos encontrábamos a punto de comenzar la realización de nuestros informes cualitativos del segundo trimestre.

Después de la hora de trabajo en torno a las 11:00 de la mañana, tienen su recreo, estos días debido a la lluvia lo han tenido en el espacio interior, dónde tienen construcciones, coches y muñecas para poder jugar.

A continuación van todos juntos al aseo, y sobre las 12:00 de la mañana tienen su hora de comedor, nos sorprendió la dedicación que dan a este tiempo, comen en sus aulas en grupos de 4 o 5, lo que da la sensación de esatar en un pequeño restaurante. La comida la sirve un catering, cada niño y niña tienen todos los cubiertos en la mesa, junto con su vaso de agua y servilleta. Cada día hay un responsable de mesa que se encarga de repartir los platos a sus compañeros. En este tiempo coinciden las dos maestras del grupo para comer con ellos y darles apoyo. Ponen mucho incapié en que pidan las cosas por favor y den las gracias. Nos sorprendió lo relajado de este tiempo de la comida, el alumnado iba comiendo sin prisa, si deseaban repetir, encontraban en una mesita las raciones que deseaban, y si no querían más, educadamente lo decían. Primero les ponían el primer plato y una vez que habían terminado les traían el segundo, de manera que ambos platos los comen caliente. Por último el postre, les van ofreciendo la fruta, si no quieren dicen, «no gracias», y la fruta que sobra la dejan en la mesita de forma que quien lo desea puede levantarse libremente a coger, y finalmente prácticamente todos antes o después cogían su fruta de postre. La verdad, es que la hora de comer nos pareció increíble, eran alumnos de tres años, se desenvuelven fenomenal en este tiempo y sobre todo era un momento tranquilo. Manuela nos explicó que cuidan mucho la hora de comer.

Tras el almuerzo, vuelven a tener un tiempo de juego libre, después duermen la siesta, disponen de una sala con una camita para cada uno. los lunes llegan con su sabana y su mantita, y los viernes se la llevan a casa. La siesta la duermen los tres cursos.

Y después tienen horario hasta las 5 de la tarde, en ese tiempo meriendan y vuelven a tener diferentes actividades que van realizando según les va apeteciendo, dibujar, plastilina, biblioteca, construcciones, es similar a como lo hacen cuando entran por las mañanas.

Ya para finalizar nuestra visita al centro, nos tenían una sorpresa de despedida, nos habían hecho un dibujo a cada una en la que nos ponían que volviésemos pronto, «Torna Presto», y en el que habían estampado sus manitas. Estaban emocionados y nos explicaban con mucho cariño cómo lo que nos habían dibujado, arcobaleno, sole, nuvola, fiori…, fue una despedida muy emotiva. Nos sentimos muy agradecidas de haber compartido con ellos esos días.

Bueno, pues hasta aquí lo que hemos aprendido de la escuela infantil.

Pero un Erasmus también enseña otras cosas, es una oportunidad para descubrir lugares maravillosos, como la ciudad de Bolgna. Cada día al salir del cole, investigábamos nuevos sitios para comer, tomar café y por supuesto visitar lugares llenos de historia y encanto.

El lunes fue una experiencia comer en Mercato di Mezzo situado en el cuadrilatero en el centro de la ciudad, es un espacio gastronómico en el que se encuentra comida fresca y recién preparada, uno de los pocos sitios dónde probamos la pizza, y dónde tienen excelentes vinos y cerveza artesana, es todo un deleite de olores, colores y sabores. Después de comer y aprovechando que no llovía dimos un paseo por el centro, vimos las famosas Torres de Bologna que datan de la época medieval, impresiona verlas, sobre todo por la inclinación de una de ellas. De camino a buscar la famosa ventana Finestrella, desde dónde observas uno de los canales que pasa por la ciudad, y que te traslada a la ciudad de Venecia, entramos en una quesería, impresionante el tamaño de los quesos, allí aprovechamos para comprar unas cositas para el desayuno, mortadela y por supuesto queso parmesano.

Cómo ya sabéis tuvimos un tiempo frío y lluvioso, con lo que tomar un café o infusión calentita era casi obligado, así que entramos en una cafetería de la piazza magiore, nuestros cafés siempre resultaban un rato estupendo de conversación y risas.

El martes descubrimos el mercatto delle Erbe, es un lugar situado en el centro, está lleno de barecitos que ofrecen comida para tomar allí o bien para llevar, este lugar está siempre concurrido, y se puede ir tanto de día cómo de noche. Las calles de alrededor están llenas de fruterías, pescaderías y bares para comer y comprar pasta fresca, embutidos y dulces típicos de la zona. Luego en el apartamento, nos pusimos al día de la documentación que debíamos realizar, y una vez más, nos echamos unas risas, y por supuesto aprendimos lo que es una foto 0.5, que se ha vuelto indispensable en cualquier salida o foto de grupo.Ya descansadas, y aprovechando que paró de llover bajamos a conocer una cafetería clásica de la ciudad, Gamberini, que guarda la estética de antes y hace un sitio muy especial de conocer. También dimos un paseo por las calles comerciales, que igual que el resto de la ciudad se encuentra bajo pórticos, con ,lo que aunque haga mal tiempo puedes pasear y disfrutar de una tarde de compras. Además esa tarde y para celebrar que era 28 de febrero, día de Andalucía, nos sentamos a tomarnos el aperitivo en un barecito situado en el castillo central de Piazza Magigore, todo un descubrimiento y con mucho encanto.

El miércoles amaneció un día muy cubierto y frío. Antes de comer aprovechamos para visitar La salaborsa, que es mucho más que una biblioteca. Es un centro cívico en toda su extensión, con actividades culturales de todo tipo, conferencias, bibliotecas, videoteca, salas de estudio, salas de lectura de prensa y revistas, así como zonas de trabajo. De allí pasamos a la Torre dell’Orologio, dónde podemos encontrar la historia de la ciudad y colecciones de arte municipales, todo ello es de acceso gratuito, salvo el mirador de la Torre, al que no accedimos porque el día no se prestaba para ver las vistas. De lo que sí disfrutamos fue de una nevada que nos pilló por sorpresa y que daba una imagen preciosa de la Plaza. Para entrar en calor nos fuimos a comer cerca del cuadrilatero, que está lleno de restaurantes tipo tabernas. Esa tarde también visitamos el archigimnasio, que es uno de los palacios más importantes de la ciudad. Es una de las universidades más antiguas del mundo occidental. El edificio aún conserva su aspecto original, con un largo pórtico de 30 arcos en el exterior en dos plantas alrededor del patio central, lugar simbólico e histórico donde se preparaba antiguamente la triaca, una medicina milagrosa a base de hierbas.

Allí descubrimos la impresionante biblioteca que está compuesta por un archivo rico en textos antiguos sobre temas históricos, filosóficos, políticos y literarios y una sección dedicada a la cultura boloñesa. Son dignas de destacar las paredes y los techos decorados con los escudos de las familias de los estudiantes. Sin duda alguna, el lugar más interesante del edificio es el Teatro Anatómico, hecho de madera de abeto, y que antiguamente se utilizaba para las clases de anatomía y en cuyo centro todavía se encuentra la mesa de mármol que se utilizaba para las autopsias. Con forma de anfiteatro, está rodeado de estatuas de médicos y anatomistas famosos, con un techo artesonado decorado con figuras simbólicas que representan las catorce constelaciones y el dios Apolo, protector de la medicina, en el centro.

En todas estas visitas no nos faltaron las risas, las fotos y conversaciones que terminaban con nuestro café y los pastelitos. Esa tarde antes de volver al apartamento nos sentamos en el grand café, situado en una calle de la piazza maggiore, en la que estaba la canción de imagine, colgada e iluminándola desde su inicia hasta el fin, y que le daba un toque muy pintoresco ya que además sonaba un hilo musical que hacía que fuera muy agradable pasear por allí. Esto era con motivo de la conmemoración de la muerte de Lucio Dalla, compositor italiano que revolucionó la música de su país, y seguro que si decimos «Caruso» todos sabéis de quién se trata.

El jueves aprovechamos para visitar la zona de la universidad. Nos sorprendió el Museo del Palazzo Poggi, en el que puedes ver el museo de cera anatómico, es realmente impresionante ver detallado el progreso de la ciencia en este lugar. Pasear por esta zona es agradable, tiene mucha vida y encuentras patios y plazas dónde hacer una parada y mimetizarte en el ambiente.

El viernes nuestro último día completo en Bologna, fuimos a comer con Elena Pezzi y algunos compañeros de su instituto. Nos invitaron a una Trattoria, en la que la comida estaba buenísima, os recomendamos las tallarines al ragú, la especialidad de la casa. Pasamos un rato muy bueno, compartiendo experiencias, ya que el grupo realiza también movilidades Erasmus.

La tarde la aprovechamos para hacer algunas compras y pasear por los Giardini Margherita, un lugar dónde disfrutar al aire libre, hacer pic nic, practicar deporte… y un imprescindible si vas con niños.

Antes de volver al apartamento, nos paramos a tomarnos el último aperitivo en las calles del cuadrilatero, y por casualidad, nos sentamos en un bar de bocatas típicos italianos. Nos tomamos uno de mortadela, burrata y crema de pistacho, que si vais no podéis dejar de probar.

Después dimos una última vuelta por la Piazza Maggiore y regresamos para recogeer y dejar todo listo para nuestro regreso.

El sábado amanecimos tempranito para coger el avión, y antes de subir y emprender el vuelo, nos hicimos nuestro último selfie 0.5.

Volvemos con la mochila llena de buenos recuerdos y una experiencia enriquecedora, que nos abre la mente y nos enseña a valorar nuestro sistema y forma de trabajar, y además hemos visto otras maneras de realizar aprendizajes que podemos adaptar y complementar con el nuestro.

La experiencia en su totalidad es para vivirla, encantada con la oportunidad y el aprendizaje personal.

Pensando en la próxima.



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